De cuando Lucena tenía tren…
Las maniobras.
Era cosa muy técnica el lograr que el vagón cogiera la velocidad adecuada. Lo desenganchaban, la locomotora empujaba ligeramente, y luego cambiaba el sentido de la marcha. Así el vagón iba por su propia inercia, frenándose lo justo, en silencio, hacia la fila que ya estaba formada. Lo veíamos con cierta emoción, sabiendo que detrás de esa suavidad vendría el choque con el primer vagón del convoy. Era como esperar los estallidos de los cohetes.
Antonio Roldán Martinez.
De cuando Lucena tenía tren…
Las maniobras.
Era cosa muy técnica el lograr que el vagón cogiera la velocidad adecuada. Lo desenganchaban, la locomotora empujaba ligeramente, y luego cambiaba el sentido de la marcha. Así el vagón iba por su propia inercia, frenándose lo justo, en silencio, hacia la fila que ya estaba formada. Lo veíamos con cierta emoción, sabiendo que detrás de esa suavidad vendría el choque con el primer vagón del convoy. Era como esperar los estallidos de los cohetes.
Antonio Roldán Martinez.